El Ejército rumano construye un hospital para la COVID-19 en tan solo cinco días gracias también al uso de los elevadores telescópicos Hercules

En un tiempo récord de cinco días, el Ejército rumano ha logrado construir un hospital de campaña móvil de alto nivel ROL2 para tratar a los pacientes con COVID-19 de gravedad media y baja.
Un récord que ha sido posible gracias también al uso de dos de los seis elevadores telescópicos Hercules 210.10 comprados por el Ejército rumano hace algunos años.

Construido para apoyar al Instituto Nacional de Geriatría Ana Aslan de Otopeni, un suburbio al norte de Bucarest, el hospital, completamente autónomo y dotado de todos los equipos necesarios, ya está funcionando a pleno rendimiento.

SEIS ELEVADORES TELESCÓPICOS PARA EL EJÉRCITO RUMANO

Tras su ingreso en la OTAN, Rumanía puso en marcha un programa de modernización del equipamiento de las Fortele Armate Române (Fuerzas Armadas Rumanas) con el fin de adecuarlos a los estándares exigidos por dicha organización.
En el marco de este programa también se incluyó la compra de seis Hercules en el año 2016.
Hasta ahora, se habían utilizado en el mantenimiento periódico de las instalaciones militares, en trabajos de logística durante diversas misiones del Ejército rumano en el extranjero o en unos recientes ejercicios de la OTAN en Rumanía (Sabre Guardian y Vigorous Warrior 2019).
Precisamente, durante estos ejercicios, el personal del hospital móvil tuvo la misión de combatir una hipotética epidemia infecciosa grave.

EL HOSPITAL MÓVIL DE OTOPENI

Así, pues, tras estos ejercicios, el personal y los vehículos estaban perfectamente entrenados y preparados para el uso real en campaña: el hospital móvil no solo dispone de camas, sino que también está dotado de una unidad de triaje, un laboratorio de análisis, una unidad de radiología, una de esterilización, quirófanos, un área de descontaminación y todo el equipo médico necesario.
El complejo está alojado en varios contenedores, transportados por una unidad logística de camiones pesados que cuenta con el personal y los medios necesarios, incluidos nuestros elevadores telescópicos, para preparar el terreno y efectuar la instalación.
Una vez que los vehículos pesados han nivelado y preparado el terreno, los Hercules entran en acción colocando cuidadosamente los contenedores según un esquema predeterminado. En efecto, es necesario preparar también todos los equipos de soporte, como cortinas, cableados, tuberías, servicios higiénicos, generadores, luces, etc.
Una gran cantidad de material pesado y voluminoso desplegado en pocas horas, un gran rompecabezas logístico en el que cada pieza, para funcionar eficazmente, debe coincidir exactamente con las demás. Un trabajo ideal para los Hercules 210.10 del Ejército rumano. 

ELEVADORES TELESCÓPICOS ADECUADOS PARA LAS FUERZAS ARMADAS

Los Hercules reúnen numerosas ventajas de seguridad, maniobrabilidad y confort, además de avanzadas soluciones hidráulicas, capaces de aprovechar al máximo toda su fuerza en grandes obras de construcción, minas y canteras, puertos y astilleros y, en general, en todo tipo de trabajo pesado, como, por ejemplo, las operaciones militares.
Son elevadores telescópicos medio-grandes dotados de transmisión hidrostática y de un diferencial central que permite compensar las diferencias de rodamiento de las ruedas entre los ejes delantero y trasero y, por lo tanto, reducir los esfuerzos y ahorrar combustible.
Además, están dotados de un distribuidor proporcional de control electrónico load sensing- flow sharing”y de pedal de inching o marcha lenta, que permite el avance lento de la máquina, incluso con el motor al régimen máximo; esta una función es muy útil para cargar y descargar materiales en aviones de transporte.
Los seis Hercules de las Fuerzas Armadas Rumanas han sido dotados de una serie completa de accesorios que han mejorado considerablemente su versatilidad.

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RUMANÍA Y LA COOPERACIÓN CON LA OTAN

El plan de modernización de las fuerzas armadas rumanas es de largo alcance: la conclusión se prevé para 2025 y los objetivos incluyen la modernización de las estructuras, la reducción del personal y la adquisición de nuevas tecnologías acordes con los requisitos de la OTAN de la que Rumanía es miembro desde el 29 de marzo de 2004.
La adhesión a la Alianza Atlántica ha hecho que los aliados occidentales perciban Rumanía como un país seguro y estable, percepción absolutamente vital para su desarrollo.
Por su parte, Rumanía está desempeñando un papel destacado en la promoción de los valores, los objetivos y las finalidades de la Alianza y, además, está participando en misiones conjuntas entre miembros.
Rumanía formó parte de las fuerzas aliadas durante la guerra del Golfo y ha intervenido en misiones de paz en Angola, Bosnia, Albania, Afganistán e Irak. Colaboró con la OTAN durante la crisis de Kosovo y es miembro de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE).