Puente Morandi de Génova: versatilidad de un elevador telescópico en situaciones críticas

Tras el trágico fallo estructural del puente Morandi de Génova, ocurrido el 14 de agosto de 2018, se inició la reconstrucción con la necesaria, y dolorosa, demolición de los edificios situados bajo el tramo oriental del puente.
Los edificios, que no se podían salvar porque estaban justo debajo de la sección del puente que había quedado suspendida, fueron demolidos mecánicamente. Para ello, se utilizó una pinza hidráulica que, partiendo de los pisos superiores, derribó uno a uno los seis pisos del edificio del número 10 de la calle Porro.

Antes de la demolición, los operarios de las empresas implicadas trabajaron duramente para recuperar todos los materiales que se podían reutilizar así como los muebles y los electrodomésticos que habían quedado en las viviendas.

LA PRESENCIA DE AMIANTO REPRESENTÓ UN GRAN PROBLEMA

Cuando se planificó la demolición, se prestó una especial atención a cómo gestionar los agentes contaminantes que seguramente se liberarían en el aire durante los trabajos y que, por lo tanto, agravarían una situación ya de por sí muy complicada.
Debido a la presencia de amianto y de otros polvos nocivos en los escombros, junto a la pinza hidráulica trabajó un elevador telescópico Dedalus Dieci que, con un cañón de agua montado en el brazo, mojaba continuamente la zona de trabajo para evitar que las sustancias tóxicas se propagaran.

También en este caso, el elevador telescópico Dieci demostró que la versatilidad es una cualidad muy valiosa en situaciones críticas.

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PRONTO SE INAUGURARÁ EL NUEVO PUENTE

Los trabajos de reconstrucción se han realizado en un tiempo récord y, mientras se acerca el segundo aniversario del derrumbe, que costó la vida a 43 personas, ya se ha previsto la inauguración del nuevo puente para principios de agosto.