El Crossrail de Londres es uno de los proyectos de infraestructuras ferroviarias más grandes de Europa. Fue concebido en 1941 e incluido en el Plan Regulador de 1944 (¡en plena segunda guerra mundial!) gracias a uno de los más destacados urbanistas del mundo, Sir Patrick Abercrombie; quien planificó la reconstrucción y la gran expansión de la metrópoli inglesa durante los intensos bombardeos alemanes.

Crossrail es una nueva red ferroviaria de alta frecuencia y capacidad, que con un trazado de 136 km servirá de apoyo al metro de Londres (actualmente al límite de su capacidad), para comunicar Reading (63 km al oeste de Londres) con Abbey Wood (en las áreas residenciales al sureste) y garantizar una frecuencia máxima de tránsito de hasta 24 trenes por hora durante las horas punta. La nueva red también permitirá enlazar el aeropuerto de Hetrow con el nuevo trazado de alta velocidad del Eurostar, que conduce al continente europeo a través del Eurotúnel.

Tras un largo y difícil proceso de diseño, los trabajos se iniciaron finalmente en 2009. La parte oriental se inauguró en mayo de 2015, mientras que el tramo occidental aún se encuentra en construcción.

Con un coste total estimado de 15 mil millones de libras, la obra se confirma como el proyecto europeo de obras públicas más grande y ambicioso de todos los tiempos. A pesar de los obstáculos iniciales, la construcción de la nueva red ya está en marcha y se espera cumplir el plazo de entrega previsto para 2018.

A la hora de redactar el pliego de condiciones técnicas se dedicó gran atención al respeto del medioambiente y, en especial, a las emisiones de las máquinas operadoras y al reciclaje de los materiales inertes extraídos reutilizados en obras de regulación del caudal del Támesis.

También los estándares de seguridad son muy elevados: el acceso a las áreas de trabajo solo está permitido si se utilizan los equipos de seguridad individual previstos en los pliegos de condiciones y todas las actividades están reguladas por normativas precisas y rigurosas que se encuentran expuestas en cada obra de construcción.

Para entregar la obra en el plazo previsto, unos 8000 operadores de 26 países distintos trabajan las 24 h con turnos de 12 h. Entre las numerosas infraestructuras en proceso de realización (nuevas estaciones, rampas de acceso, pozos y túneles de servicio y de emergencia) destaca por su importancia la serie de galerías de 21 km de largo que atraviesan el subsuelo de la ciudad.  Cada una de ellas está compuesta por dos túneles paralelos de 6 m de diámetro excavados al mismo tiempo por dos topos mecánicos que avanzan a una velocidad de 100 m por semana. Conforme la galería avanza, se revisten las paredes de cemento para consolidarlas y prepararlas para la aplicación sucesiva de los revestimientos prefabricados, la instalación de los raíles y los cableados de servicio.

Es en este contexto de túneles estrechos y fangosos a 40 m de profundidad, sin luz y repletos de obstáculos donde trabajan algunos camiones hormigonera y autovolquetes DIECI, máquinas ágiles e ideales para trabajar en estas condiciones.

Los autovolquetes, con una capacidad de carga de hasta 7 m3, transportan rápidamente el material de excavación hasta los transportadores y preparan la galería para las operaciones sucesivas de consolidación que se llevan a cabo rociando cemento sobre las paredes del túnel. Las rociadoras se alimentan con camiones hormigonera DIECI capaces de suministrar 5 m3/h de cemento para seguir el ritmo de avance de las 8 fresas gigantes que excavan las 24 h. Gracias también a Dieci, Crossrail está llegando a sus fases finales pero ya se han iniciado las consultas para la realización de Crossrail2, un nuevo eje de comunicación en dirección norte-sur cuyos trabajos, una vez aprobados, se iniciarán en 2019 y se terminarán en 2033.